Felipe III


reyborfelIIIFelipe III (1578-1621), rey de España y Portugal (1598-1621), su reinado supuso el paso del gobierno personalista al de valimiento (en el que una figura política, el valido, pasaba a desempeñar los principales cargos), a la vez que el comienzo de la decadencia de la hegemonía de la Monarquía Hispánica en Europa. Como rey portugués, la historiografía le ha reservado el nombre regio de Felipe II.

Nació en Madrid el 14 de abril de 1578 y fue el último hijo varón sobreviviente del rey Felipe II, habido en su cuarto y último matrimonio, contraído con Ana de Austria, hija del emperador del Sacro Imperio Romano Germánico Maximiliano II. Débil y tímido por naturaleza, educado por tutores aristócratas y eclesiásticos, resultó de carácter extremadamente religioso, lo que en política supuso su identificación con la misión divina de la monarquía española. Sin la energía y dedicación propias de un monarca absoluto, su gusto por la vida cortesana se tradujo en un complicado protocolo, cuyo desmedido costo rompió con la austeridad de tiempos anteriores.

En abril de 1599 contrajo matrimonio con su prima Margarita de Austria (hija del archiduque de Austria Carlos de Estiria y fallecida en 1611), de la que tuvo ocho hijos, entre los que cabe destacar a Ana de Austria (nacida en 1601, reina de Francia desde su matrimonio en 1615 con el rey Luis XIII), al heredero y futuro rey español Felipe IV (nacido en 1605) y a Fernando de Austria, el Cardenal-Infante (nacido en 1609 y gobernador de los Países Bajos entre 1632 y 1641).

POLÍTICA INTERIOR

Durante su reinado, que dio comienzo el 13 de septiembre de 1598 (el día del fallecimiento de su padre), el sistema de gobierno siguió siendo el utilizado por los primeros reyes pertenecientes a la Casa de Austria (denominación historiográfica de la rama española de la Casa de Habsburgo), es decir, recurrió a una serie de consejos especializados por materias y por divisiones territoriales, con el Consejo de Estado a la cabeza, que fue reorganizado en el año 1600 con un mayor protagonismo en la política general. Pero las dificultades para coordinar este sistema, unidas a la escasa capacidad del monarca, llevaron a la sustitución del gobierno personal por el del poder delegado en un valido, o favorito, sin título específico.

Desde 1598 gobernó como valido Francisco de Sandoval y Rojas, duque de Lerma, amigo personal del Rey, de quien al parecer recibió ya en los primeros momentos autorización verbal para firmar en su nombre. De esta forma, el duque de Lerma pasó a controlar todos los órganos de la administración: ejerció de enlace entre el Consejo de Estado y los demás consejos de la Monarquía Hispánica, y fue quien adoptó las decisiones ejecutivas. Además, el monopolio en el reparto de gracias y mercedes permitió a Lerma formar una poderosa facción política. Precisamente el intento de incrementar esta influencia y de escapar a las críticas que se lanzaban en Madrid contra su privanza, explica el irresponsable traslado entre 1600 y 1606 de la corte, y por tanto la capitalidad de la Monarquía Hispánica, a Valladolid.

Tampoco resultó acertado el decreto de expulsión de los moriscos firmado en abril de 1609 (el 4% de la población), cuando ya no constituían tema de preocupación. El duque de Lerma alegó razones de seguridad para lo que era en realidad un problema de falta de integración.

El deterioro de la situación política y la crisis económica, con una imparable inflación, llevaron a Felipe III a sustituir en 1618 a Lerma por el hijo de éste, Cristóbal Gómez de Sandoval y Rojas, duque de Uceda. Se recortó entonces la libertad de acción del nuevo valido en la tramitación de las consultas, con un mayor protagonismo de Baltasar de Zúñiga en los asuntos exteriores, en tanto que el Rey se reservaba el despacho de mercedes.

POLÍTICA EXTERIOR

Fernando de Austria El infante español Fernando de Austria, hijo del rey Felipe III y de Margarita de Austria, accedió al cardenalato a los diez años. Nombrado en 1632 por su hermano, Felipe IV, gobernador de los Países Bajos, obtuvo una decisiva victoria en Nördlingen dos años más tarde, que puso fin a la intervención sueca en la guerra de los Treinta Años. En esta imagen aparece retratado en traje de caza por el gran artista español Diego de Silva Velázquez, en un lienzo pintado entre 1632 y 1636 que se conserva en el madrileño Museo del Prado.Corbis/Archivo Iconográfico, S.A.

En política exterior, la suspensión de pagos de 1607 marcó el inicio de un periodo pacifista. El 9 de abril de 1609 se firmó en los Países Bajos la llamada Tregua de los Doce Años con las Provincias Unidas, lo que representó, por primera vez, el reconocimiento oficial de la existencia de éstas. Cinco años antes se había llegado al final de las hostilidades con Inglaterra, tras la muerte de la reina Isabel I. Por otra parte, el asesinato del rey de Francia Enrique IV en 1610 supuso la desaparición de un enemigo potencial, ya que su viuda, María de Medici, se mostró partidaria de la amistad española, hasta el punto de facilitar en 1615 el matrimonio de su hijo, Luis XIII, y el de su hija, Isabel de Borbón, con los hijos de Felipe III, Ana de Austria y el príncipe Felipe, respectivamente.

En 1618 finalizó este periodo de paz al apoyar España al rey de Bohemia y futuro emperador del Sacro Imperio Romano Germánico, Fernando II de Habsburgo, contra el elector del Palatinado, Federico V, en lo que fue el comienzo de la guerra de los Treinta Años. En este contexto internacional, poco después de la muerte en Madrid de Felipe III (sucedida el 31 de marzo de 1621), finalizó la tregua entre el reino español y las Provincias Unidas y se reanudó la llamada guerra de los Países Bajos, ya bajo el reinado de su hijo, Felipe IV.

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