Los Juegos de la tecnología
La guerra impidió que Tokio acogiera los Juegos de 1940, pero llegaron 24 anos más tarde. Al igual que en 1960, los anos previos a la cita fueron bastante tranquilos y los japoneses la aprovecharon para culminar la reconstrucción de su país tras la cita bélica. Tokio fue prácticamente reconstruida y convertida en una de las ciudades más modernas del mundo, con un gasto de 1.800 milloens de dólares. La capital japonesa se reedificó prácticamente, dotándose de las más modernas infraestructuras existentes: una red de autopistas, un monorrail aéreo que unía el aeropuerto con el centro urbano, y un nuevo trazado para casi todo el casco urbano.
Los Juegos, además, fueron en realidad los primeros que pudieron verse simultáneamente en todo el mundo por televisión, gracias a los enlaces vía satélite, reforzados con todo el potencial japonés en técnica y electrónica. A quien no se vio fue a Sudáfrica, expulsada por su política estatal de segregación racial.
Dos importantes deportes entraron en el programa olímpico: Judo y voleibol. El segundo fue el primer deporte de equipo femenino. En el primero, la derrota en la categoría Open del ídolo local, Kaminaga, por el holandés Geesing causó no pocos suicidios. El judo es deporte nacional japonés.
El protagonismo correspondió a la natación. En las pruebas masculinas se batió el récord del mundo en ocho de las diez pruebas. En la femenina, la australiana Dawn Fraser ganó los 100 metros libres por tercera vez consecutiva. En gimnasia, Larissa Latynina cerró su carrera olímpica con nada menos que 18 medallas. Abebe Bikila ganó por segunda vez el maratón, esta vez calzado, pero también seis semanas después de operarse de apendicitis.
España, más pena que gloria
España volvió sin medallas y con más pena que gloria. Aparte del sexto puesto de Felipe ‘Pipe’ Areta en longitud, se habló de España dos veces: una cuando el boxeador del peso pluma Valentín Loren agredió al árbitro en ‘protesta’ por su actuacion. Otra, cuando los nadadores María Ballesté y Miguel Torres, novios por otra parte, fueron los primeros en llegar a la Villa Olímpica. Poco después Juan Antonio Samaranch se haría cargo del deporte espanol y pondría en marcha la campana ‘Contamos contigo’, primera política deportiv de alcance nacional.