Propaganda nazi, pero grandes Juegos
Pese a que los nazis rechazaban los Juegos Olímpicos como un «infame festival judío», en 1936 se encontraron acogiendo unos. La razón fue los mismos se les le concidieron al fin a Berlín en 1931, pues pese a que la sede con más posibilidades para ese ano era Barcelona, la proclamación de la República en España asustó a los conservadores miembros del COI. Los nazis llegaron al poder en Alemania en 1933.
Sin embargo, el ministro de propaganda, Goebbels, fue rápidamente consciente de los beneficios propagandísticos que su régimen podía sacar de los Juegos y se aplicaron a conseguir la mejor organización vista hasta entonces. Y lo lograron. No faltaron protestas derivadas sobre todo de la política antisemita del III Reich, estando los Estados Unidos próximos a boicotear los Juegos. Al final el III Reich aseguró que incluiría a atletas judíos en su equipo (al final fue solamente una, la esgrimista Helene Mayer) y durante las fechas olímpicas se interrumpieron las persecuciones y al menos en Berlín se eliminó la propaganda judía.
Para la ocasión se construyó el Estadio Olímpico de Berlín, de piedra y con capacidad para 110.000 espectadores, una enorme serie de instalaciones secundarias y una villa olímpica de 110 edificios. Se trató de acentuar la vinculación de los Juegos a la Grecia Clásica (para vincular a la misma también la Alemania Nazi). Por primera vez se encendió la llama olímpica en Olimpia. También debutó en los Juegos la televisión, si bien en circuito semicerrado para pantallas públicas.
Con todo, fueron los juegos mejor organizados hasta entonces y la película que los inmortalizó, ‘Olympia’ de Leni Reifenstahl, marcó un antes y un después en el tratamiento de la imagen del deporte.
Owens venció al racismo
Sin duda, los Juegos Olímpicos de Berlín se recuerdan por Jesse Owens, ganador del oro en 100 y 200 metros, longitud y 4×100, a despecho de las doctrinas nazis sobre superioridad racial. Owens contó con el apoyo de dos alemanes: Lutz Long, su rival en longitud, que le ayudó a superar la parcial actuación de los jueces, y Adi Dassler, un fabricante de calzado que le proporcionó unas zapatillas experimentales. Dassler crearía luego la firma ‘Adidas’. Aclamado por el público alemán, Owens declaró luego que había sentido más el racismo en Estados Unidos que en Alemania.
Otros momentos olímpicos relevantes fueron la inclusión del baloncesto y balonmano como deportes olímpicos, la actuación en hípica del militar alemán Konrad von Wangenheim, montando con un brazo roto. El gimnasta alemán Konrad Frey conquistó tres oros y la nadadora holandesa Rie Mastenbroek, tres oros y una plata.
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