Pozuelo de Alarcon


Prehistoria

En el territorio que actualmente ocupa Pozuelo, exactamente en la Cañada de la Carrera (cerca del arroyo Meaques), José Pérez de Barracadas encontró en el año 1923, mientras estudiaba la conformación geológica del terreno del municipio, una punta de hacha de sílex muy tosca y una lasca de cuarcita con aristas y bordes suavizados, que procedían de los primeros pobladores prehistóricos.

Época romana

El paraje de los Meaques, actualmente en la Casa de Campo, fue antiguamente del concejo de Húmera y aparece con el nombre de San Pedro de Meaques en una relación del año 1579.

Por su situación, a media distancia entre la población de Titulcia (localidad cercana a Aranjuez) y Segovia, se supone desde hace décadas que los romanos edificaron allí una mansión, la «Mansio Miaccum», que albergaba a los viajeros que iban de camino entre Segovia y Titulcia.

La existencia de la «Mansio Miaccum» viene atestiguada por dos hechos:

  • Por un lado, por figurar en el Itinerarium Antonini (guía de las vías del imperio romano) que, en la forma en que ha llegado a la actualidad, se atribuye a la época de Diocleciano, es decir, finales del siglo III d.C.

  • Por otro, por los descubrimientos de Amador Ríos, Fuidio y Vitoria a finales del siglo XIX primer tercio del XX, de trozos de vasija y barro rojo de tierra sigillata, así como de argamasa.

Edad Media

Pozuelo de Alarcón debe su nombre, por una parte a la existencia de pozos y manantiales en su territorio y por otra, al apellido del que compró el municipio, pasando de ser Pozuelo de Aravaca a Pozuelo de Alarcón.

Tuvo su origen en 1208, cuando el rey Alfonso VIII estableció los límites de Segovia con Toledo, Madrid y Alamín, que es cuando aparece por primera vez el nombre de Pozuelo: «et Pozolos remanet de parte de Madrid».

En los primeros años de su fundación, la entidad comprendía las aldeas de Pozuelo y Húmera y los caseríos de San Juan de Somosaguas y San Pedro de Meaque (estos dos últimos se despoblaron durante las luchas fratricidas entre Pedro I el Cruel y su hermanastro Enrique II).

El territorio actual pertenecía al alfoz, término del Concejo de la Villa de Madrid que, como era usual en la época, estaba dividido en sexmos para su mejor administración. El municipio se encontraba dentro del sexmo de Aravaca por lo que siempre fue conocido como Pozuelo de Aravaca.

En aquel entonces Pozuelo era un municipio de realengo, es decir, estaba sometido a la jurisdicción real pero en 1631 pasó a estar sometido a jurisdicción señorial al ser adquirido por Gabriel Ocaña de Alarcón, que al comprarlo, puso como condición que se cambiase el nombre de Pozuelo de Aravaca para pasar a ser Pozuelo de Alarcón.

La Ilustración

El siglo XVIII fue una época de clara recuperación para Pozuelo, al igual que para el resto de España. En este período se levanta la casa-tenería que fabricaba todo género de curtidos, situada a la salida del pueblo (al norte). Fue fundada y sostenida por una compañía, a nombre de Juan Díaz de Quijano y otros.

En este siglo, la localidad comienza a adquirir cierta importancia. El Ministro Pedro Rodríguez de Campomanes vendrá a pasar aquí sus veranos. Bajo su patrocinio se construyeron cuatro puentes sobre el arroyo de Pozuelo. A lo largo de lo que hoy es la calle Campomanes y el Camino de las Huertas, se edificaron la fuente de la Escorzonera y la Fuentecilla, además se mejoraron las huertas y se crearon fábricas de curtidos que funcionaron hasta los años 70 del siglo XX.

Siglo XIX – Motín de Pozuelo

La cercanía de la capital ha determinado que Pozuelo se haya visto involucrado en algunos de los episodios de la Historia de España. En 1837 estalló el motín de Pozuelo, origen de la caída del gobierno de Don José María Calatrava, en medio de una de las guerras carlistas.

Los hombres de Espartero, situados cerca de Madrid, y otros bajo órdenes del general Van Halen, tomaron posición en Pozuelo y se pronunciaron contra el ministerio Calatrava-Mendizábal, además de exigir a la Reina María Cristina un gobierno más moderado.

No paró ahí la cuestión, sino que su colofón fue un lance de honor entre el general Seoane y varios oficiales de la Guardia con motivo de sus declaraciones en una acalorada discusión que se celebró en el Congreso para tratar de saber si la Guardia estaba bien asistida, y si sus oficiales llevaban un cinto de oro como había asegurado Mendizábal en otra sesión.

Seoane, en aquel momento capitán general de Madrid, manifestó que los oficiales merecían arrastrar grilletes. Ante esta afrenta al honor del ejército, una treintena de oficiales sortearon quiénes deberían batirse con su superior, siendo designados los capitanes Manzano, Castro y un tercero más.

Los padrinos de cada uno de los contendientes decidieron que la afrenta se solventara fuera de la Puerta de Hierro, utilizándose las reglamentarias pistolas de duelo (una de ellas cargada y la otra no).

Los dos contendientes, Seoane y el capitán Manzano, separados por una distancia de cinco pasos, esperaron a que don Fernando diera la voz de «¡tres!» para disparar al contrario. El General Seoane cayó desplomado al suelo con dos costillas fracturadas. Al no ser posible coninuar con el duelo, éste quedó aplazado, pero gracias a la inteligente actuación de los padrinos se consiguió, en unos días, apaciguar los ánimos de ambos bandos, dándose el asunto por zanjado y el honor satisfecho.

Los veraneos en Pozuelo

Si hay alguna costumbre que ha marcado el destino de Pozuelo es la del veraneo de la burguesía madrileña en estos parajes. Estos burgueses madrileños huían de la Corte y encontraban en Pozuelo, olmedas y pinares, y sobre todo, aguas claras, que según decían, poseían grandes cualidades medicinales.

El general Castaños, vencedor de Bailén, también escogió esta tierra para su descanso. Todo ello hace que se vayan formando colonias donde se hacen construir casas de verano y viviendas unifamiliares, conocidas como «hoteles».Lavanderas en la poza (Se abre en ventana nueva)

El auge vino a partir de la segunda mitad de siglo, cuando se estableció el ferrocarril de la Compañía de Caminos de Hierro del Norte de España en 1861 que intensificó la llegada de estos veraneantes.

Como se decía en las crónicas de la época, en Pozuelo veraneaba lo más selecto y agradable de la Corte, bien en la Colonia de la Paz o en los hoteles de carretera del pueblo de la estación. Además para su recreo se fundó un casino situado en la calle Doctor Cornago que, posteriormente, se trasladó a la calle Antonio Becerril.

La población veraneante se sumaba a los propios habitantes de la villa (1514 habitantes en 1887).

De esta época datan importantes construcciones públicas como:

  • El Mercado Municipal, que contaba con once departamentos. Se construyó en 1882 en la Plaza Mayor (hoy Plaza de la Coronación de Nuestra Señora), y hasta hace unos años también plaza de toros durante las fiestas.
  • El matadero Municipal se construyó también por aquellas fechas, y ocupaba parte de lo que después fue el Patronato de Cultura, en el Camino de las Huertas.
  • En 1881 se construyó el actual cementerio, que sustituyó al antiguo que estaba en el solar del actual colegio Divino Maestro.

Este siglo estuvo marcado también por la desamortización, que afectó tanto a los bienes de la Iglesia, como a los bienes comunales, ya que se inicia el trasvase de la propiedad rústica a la propiedad a manos de la burguesía acomodada de la capital.

Una de las más importantes pérdidas fue la del Monte de Pozuelo, que pasó a propiedad del marqués de Remisa, uno de los principales banqueros de la época. La Fuente de la Escorzonera y sus alrededores, enclavados dentro de dicho monte quedaron en poder del municipio, pero en 1924, tanto la fuente como los terrenos aledaños se vendieron también a quien en aquel momento era el propietario de esa parte del antiguo monte de Pozuelo, el conde de Heredia-Spínola.

Siglo XX

Vista de la Calle Oscura en 1913, actualmente Luis Béjar (Se abre en ventana nueva)Con la llegada de este siglo comenzará el auge de las colonias de hotelitos, donde los nuevos veraneantes, la clase media de pequeños comerciantes y empleados, fundaron la Colonia de San José en 1914.

Cabe mencionar que en ella se creó el Casino «Corral de la Pacheca», cuya memoria aún perdura, y la fundación de la actual capilla de Nuestra Señora de las Angustias, por don Vicente Bascuñana.

La Colonia de los Ángeles fue fundada y parcelada por su propietario en el año 1926 y tres años más tarde se creó la Sociedad Colonia de los Ángeles. Además en este mismo año se parcela la antigua Quinta del Carmen, dando lugar a la Colonia de la Cabaña, creándose al año siguiente su correspondiente sociedad.

Los vecinos del casco antiguo, a la par que vieron desarrollarse el nuevo barrio de la Estación y estas primeras colonias, dieron un paso adelante y crearon la Sociedad «La Unión Siglo XX», que daría lugar a la actual Asociación Cultural «La Inseparable».

Sin embargo, las esperanzas de desarrollo se vieron interrumpidas durante varios decenios por la Guerra Civil. Sangrientos episodios tuvieron lugar en Pozuelo, como la conocida «Batalla de la Niebla», saldada con más de doscientos cadáveres. Además, el quedar situado en la línea del estabilizado Frente de Madrid, supuso una grave pérdida para el pueblo que al final de la contienda quedó prácticamente arrasado.

La población huyó como pudo, los veraneantes regresaron a la capital y los vecinos marcharon, sin apenas pertenencias, a localidades como Miraflores y Navalafuente.

Especialmente lamentable fue la destrucción de la antigua iglesia parroquial de Pozuelo construida en la segunda mitad del siglo XVI. El elemento más destacado de la iglesia y que no sobrevivió a la Guerra fue el retablo del altar mayor.

El retablo fue encargado por el clérigo Pedro Jordán en 1574 al escultor Francisco Giralte cuyo hijo terminaría el encargo a su muerte. También participó en la realización de la iglesia el pintor Diego de urbina de la Escuela Italiana que decoró El Escorial que fue el encargado de pintar las tablas del retablo.

Vista de la Plaza Mayor dispuesta como Plaza de Toros (Actualmente Plaza de la Coronación) (Se abre en ventana nueva)El hecho de que en el retablo de la iglesia trabajara Francisco Giralte, da una ligera idea de la importancia de la obra, ya que Giralte fue autor de obras célebres como el famoso retablo de la Capilla del Obispo en la Iglesia de San Andrés de Madrid.

No es hasta la década de los 50, cuando Pozuelo experimenta un aumento en su población gracias a la inmigración proveniente fundamentalmente de Castilla León y Castilla La Mancha y en menor medida, de Andalucía y Extremadura.

Desde los años 70, Pozuelo de Alarcón comienza a sufrir una transformación de pueblo a ciudad, y actualmente nada queda ya de las huertas, viñas y fábricas de curtidos que habían en el pueblo. Ahora todo esto ha sido sustituido por grandes urbanizaciones.

A finales de los años ochenta y principios de los noventa se levantan los edificios de ampliación de la Casa de Campo (Avenida de Europa), lo que supuso doblar prácticamente la población.

Cabe destacar que desde entonces, además de las lujosas áreas residenciales que se construyeron a lo largo del territorio, Pozuelo alberga numerosos parques empresariales como La Finca, Ática o la Ciudad de la Imagen, donde se ha situado el sector audiovisual y de las telecomunicaciones: instalaciones de RTVE, Telemadrid, Televisa, varias productoras de audiovisuales, la Escuela de Cine y Artes Audiovisuales de la Comunidad de Madrid, etc., se concentran en este Parque Empresarial.

Por todos estos factores Pozuelo de Alarcón dejó de ser un pequeño pueblo en el que veraneaba lo más alto de la Corte, para convertirse en una ciudad a las afueras de Madrid.


Medio físico

El término municipal de Pozuelo de Alarcón está integrado en el Área Metropolitana de Madrid y limita al norte y al este con el distrito Moncloa-Aravaca del municipio de Madrid; al sur, con el distrito de La Latina; y al oeste, con los municipios de Alcorcón, Majadahonda y Boadilla del Monte.

Forma parte por tanto de la zona oeste metropolitana, junto con los municipios de Boadilla del Monte, Brunete, Collado Villalba, Galapagar, Hoyo de Manzanares, Majadahonda, Las Rozas, Torrelodones, Villanueva de la Cañada y Villaviciosa de Odón.

Su extensión es de 43’2 km2 y está situado a 8 km aproximadamente de Madrid. Además, es el único municipio, junto con la capital, que queda dentro de la M-40.

Presenta un relieve de suaves ondulaciones separadas entre sí por valles poco accidentados y salpicados de pequeñas elevaciones, tales como el cerro de los Gamos, el cerro de los Perdigones, el valle de las Cañas, el cerro de Pajares, etc.

La altitud media del término es de 690 metros sobre el nivel mar y la máxima elevación es de 736 metros, entre La Cabaña y Prado Largo, muy próximo a Valle Rubios. La cota más baja se registra a 620 m , y se localiza en diversos puntos limítrofes con la ciudad de Madrid.

El clima de Pozuelo es de tipo mediterráneo, con máximas pluviométricas en otoño y primavera.

La red hídrica del municipio está representada por un conjunto de arroyos que entregan sus aguas al río Manzanares o al río Guadarrama.

Los más importantes son el arroyo de las Huertas o de Pozuelo y el arroyo de Meaques, ambos afluentes del Manzanares. El primero recorre el norte del término municipal y recibe las aportaciones de los arroyos del cerro el Piste, del Bardagueral, de la Fuente de la Salud y de las Pozas.

El arroyo Meaques corre por el sur del municipio y recibe las aguas de los arroyos de Prado del Rey y de Retamares. Por el suroeste discurre el arroyo de las Pueblas, que va a desembocar al río Guadarrama.

El Escudo

Representa las armas de la familia Alarcón, además la cruz hace referencia a la festividad de San Andrés.

Está compuesto por los siguientes elementos:

  • Escudo partido:
    • En campo de azur (azul), aparece un monte de oro con un castillo de oro, almenado y mazonado de sable (negro) y aclarado de gules (rojo).
    • En campo de gules (rojo), aparece una cruz hueca en forma de flor de lis de oro y una bordura de gules (rojo) con ocho aspas de oro.

Está timbrado con una Corona Real de España, que es un círculo engastado con piedras preciosas, compuesto de ocho florones de hojas de acanto , cinco de ellos vistos, con el semimeridiano y el ecuador de oro, sumado una cruz de oro y la corona forrada de gules (rojo).

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