Guerra de los Siete Años 1756-1763


La Guerra de los Siete Años es el nombre por el que se conoce al conflicto bélico que enfrentó principalmente a Francia y a Gran Bretaña entre 1756 y 1763 con motivo de dirimir la supremacía en el norte del continente americano.

El enfrentamiento se generalizó en Europa entre 1756 y 1763, afectando principalmente a Francia e Inglaterra. España participó activamente en el mismo a partir del año 1762, arrastrada por los pactos que mantenía con Francia.

Los ocho años transcurridos entre la paz de Aquisgrán y el estallido de la Guerra de los Siete Años fueron de guerra no declarada entre Inglaterra y Francia en las colonias de Norteamérica y la India. De ahí que dicha guerra de los Siete Años deba entenderse desde una perspectiva mundial, al intervenir directamente no sólo las potencias sino también sus colonias. La guerra se declaró en mayo del año 1756. La situación internacional se mostraba proclive a Francia, que se alía con España mediante el tercer Pacto de Familia firmado a la llegada de Carlos III al trono español en 1759, lo que arrastró a la corona española a la guerra con Inglaterra en 1762.

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En el continente, las alianzas se fraguaron entre Inglaterra y Prusia contra Francia y Austria, junto a Rusia. Aunque claramente superior el bloque franco-austriaco, inicialmente los éxitos corresponden a Pitt, primer ministro en Inglaterra. Federico de Prusia invadió Sajonia en 1756; al año siguiente, Austria y Francia se unieron contra Prusia y a la vez ésta tuvo que resistir los asaltos de los rusos en el este y de los suecos en el norte. Tras una serie de derrotas y victorias, Federico fue plenamente derrotado en Künesdorf (1759) al unirse Rusia a la coalición franco-austríaca. Mientras, los austríacos vuelven a apoderarse de Dresde.

En Inglaterra se repudió la capitulación de Kloterseven, impuesta por los franceses al duque de Culembard en 1757, reforzando al defensa Hannover, crucial para preservar a Holanda. Varios desastres franceses durante el año 1759 trastocaron la estrategia internacional: en el Canal se frustró la preparación de la invasión de Inglaterra; en Canadá se tuvo que dejar aislado Quebec, que pasó a manos inglesas, y en la India los franceses fueron expulsados de Bengala.

A la muerte de Isabel de Rusia (1762) se invirtió la política de este país con Pedro III: se firmó la paz con Federico de Prusia, restituyéndose todas las conquistas efectuadas en los años anteriores. Los suecos también se retiraron de la contienda. En Inglaterra la situación había cambiado con la subida al trono de Jorge III y con él su favorito Bute.

La alianza con el rey español Carlos III con Luis XIV de Francia obligó al primer ministro de los ingleses, Pitt, a pedir una inmediata declaración de guerra contra España que no fue atendida por su soberano, retirando su ayuda a Prusia. Pese a ello, al año siguiente (1762), España e Inglaterra vuelven a entrar en guerra que a la larga tendría funestas consecuencias para el Pacto de Familia que se mantenía con Francia. Inglaterra arrebató a España Cuba y Filipinas, y a Francia varias islas de las Indias Occidentales, además de Martinica, Granada y Santa Lucía.

Las negociaciones de paz culminaron en febrero de 1763 con el tratado de Habersturgurg celebrado entre Austria, Prusia y Sajonia, seguido del tratado de París entre Inglaterra, Francia, España y Portugal (que había perdido la isla de Sacramento frente a España). Este tratado confirmó el paso de Canadá a dominio británico. En las Indias Occidentales, Inglaterra conservó San Vicente, Dominica y Granada, pero restituyó a Francia la Martinica y Guadalupe a cambio de que Menorca y Senegal fueran devueltas a Inglaterra por Francia. La mayor parte de la Florida se cedió a Inglaterra y Cuba fue devuelta a España, que también recibió de Francia Nueva Orleáns y las tierras al oeste del Missisipi. Las Filipinas, capturadas por los ingleses, fueron devueltas a España. Aunque este acuerdo de París no satisfizo a nadie, al menos sirvió para poner fin a la guerra abierta. Pese a todo, mantuvo las rivalidades y aspiraciones revanchistas entre los bloques.

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