Dinamarca en la Edad Media


La Entrada de Dinamarca en la historia se sitúa en el año 800, durante la expedición que realizaron los vikingos a las Islas Británicas y a Francia, con la intención de conseguir preciados botines. En esta época el rey de Jutlandia, Godofredo, resistió el empuje de el emperador Carlomagno, con quien su sucesor firmó en el 810 la paz que fijaba en el Eider una frontera, que pronto se vio provista de una línea de defensa.

En el siglo IX Dinamarca, después de muchos siglos llevó a efecto la unidad política bajo el reinado de Gorm el Viejo (899-936). Las islas del Mar Báltico occidental y la península de Jutlandia proporcionaron a los antiguos daneses una patria propia, de un suelo muy rico y de excelentes condiciones para el ataque y defensa a la hora de un posible conflicto con sus vecinos. Por esa razón Dinamarca no sólo conservó su independencia, sino que, además logró anexionarse grandes comarcas como: Noruega, Islandia, el sur de Suecia y la tierra germano-danesa de Schleswig-Holstein.

El floreciente poderío de Dinamarca empezó con Sven, quien poco antes de su muerte conquistó las Islas Británicas en 1013. Canuto el Grande fue proclamado rey de Inglaterra en 1016, y consiguió someter a Noruega, pero en 1042, los daneses perdieron toda su preeminencia y posesiones en Inglaterra y en 1047 Noruega desapareció de la órbita de influencia de la corona danesa, desligándose de ésta. Canuto el Grande se hizo cristiano, con lo que afianzó su autoridad, pues el cristianismo luchaba desde el siglo IX contra el culto de Odín. Querellas sucesorias dividieron a Dinamarca, pero esta causa el país tuvo que hacer frente y luchar contra incursiones piratas eslavos, los vendos (1043), y sufrió una terrible epidemia de hambre en el año 1090. El país entró en una decadencia de más de un siglo y solo fue levemente superada con la subida al trono de Valdemaro I el Grande (1157-1182). Su intervención en la lucha contra los señores le valió la posesión del litoral del sudoeste. Los códigos sealandes y escandinavo que promulgó permanecieron en vigor durante siglos. Valdemaro II el Victorioso (1202-1241) fue dueño de todo el litoral sur del Mar Báltico hasta Estonia, luchando contra los vedos (1219), pero a causa del feudalismo, muy acusado en la zona, Dinamarca no poseía a la muerte del rey nada más que la península de Jutlandia, la isla de Rügen, parte de Mecklemburgo y la actual Estonia.

La pérdida del prestigio real y las guerras con la iglesia y la nobleza feudal, caracterizaron la historia de Dinamarca durante los siglos XIII al XIV. Valdemaro IV el Restaurador (1340-1375) reconquistó y aumentó los territorios desmembrados. Preparó la unión de Dinamarca con Noruega al casar a su hija Margarita (1365) con el rey Haakon VI de Noruega, este matrimonio dio lugar a lo que se conoce como Unión de Kalmar, pero para procurarse recursos hubo de vender el territorio de Estonia a los Caballeros de la Orden Teutónica. A su muerte en 1375, su nieto Olaf V, hijo de Margarita y Haakón, heredó el reino , quien unió Dinamarca y Noruega. Muerto Olaf (1387), Margarita fue proclamada reina de Noruega y regente de Dinamarca, hasta el advenimiento de un nuevo rey. Margarita en la celebración de la Unión de Kalmar (1397) reunió a los tres Estados Escandinavos, que conservan su autonomía (Dinamarca, Noruega y Suecia). En tiempo de Cristian II, Suecia se separó (1513), quedando unidos a Dinamarca el reino de Noruega y las islas Färöer (islas Feroe) e Islandia. La unión con el reino de Noruega fue establecida a perpetuidad por el tratado de Bergen (1450).

Daniaeregnitypvs

El rey Cristian II (1513-1523) fue desterrado y ocupó la corona danesa su tío Federico (1523), en cuyo reinado se introdujo la Reforma Protestante, que consolidó el siguiente monarca, Cristian III (1533-1559) siendo declarada religión oficial de estado en 1536. La nobleza que ayudo a subir al trono a Cristian III, ejerció una gran influencia y se distinguió en las largas y estériles guerras de reconquista contra Suecia, llevadas a cabo por Federico II (paz de Stettin, 1570, y por Cristian IV. En el tiempo de Cristian IV (1588-1648) se reiniciaron las luchas por el control de Mar Báltico (1611), cuyo acceso marítimo controló.

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