La Guerra de Vietnam




La injerencia estadounidense en Vietnam no comenzó con el Presidente Johnson. Cuando los rebeldes comunistas y nacionalistas lucharon contra el colonialismo francés en Indochina después de la Segunda Guerra Mundial, el Presidente Truman envió ayuda militar a Francia. Después de retirarse los franceses del sureste de Asia en 1954, el Presidente Eisenhower envió asesores y ayuda estadounidenses para contribuir al establecimiento de un gobierno democrático y pro-occidental en Vietnam del Sur. Con el Presidente Kennedy, miles de oficiales militares adiestraron a soldados sur vietnamitas y algunas veces manejaron aviones de guerra vietnamitas en combate.

En agosto de 1964, dos destructores estadounidenses que navegaban en el Golfo de Tonkin informaron haber recibido ataques de barcos torpederos nor vietnamitas. El Presidente Johnson, en represalia, lanzó ataques aéreos contra bases navales nor vietnamitas. Los primeros soldados de combate norteamericanos fueron enviados a Vietnam en marzo de 1965. Para 1968 ya habían llegado 500.000 estadounidenses. Mientras tanto, la fuerza aérea gradualmente intensificó los ataques con aviones B-52 contra Vietnam del Norte, bombardeando primero las bases y rutas militares y después las fábricas y plantas de energía cerca de Hanoi. Pero esta aplicación masiva de fuerza militar sólo consiguió devastar a Vietnam.

Las universidades fueron escenario de manifestaciones de protesta contra el involucramiento de Estados Unidos en esta guerra no declarada y, en opinión de muchos, injustificada. Hubo encuentros violentos entre los estudiantes y la policía. En octubre de 1967, 200.000 manifestantes marcharon frente al Pentágono, en Washington, DC, exigiendo la paz.

Al mismo tiempo, en las ciudades empezó a haber agitación a medida que líderes negros jóvenes y más radicales tachaban de ineficaces las tácticas no violentas de Martin Luther King. El asesinato de King en Memphis, Tennessee, en 1968, desencadenó motines raciales en más de 100 ciudades. Fueron incendiados distritos comerciales en barrios negros, y 43 personas fueron muertas, en su mayoría negras.

Un número cada vez mayor de estadounidenses de todas las clases sociales se oponían a la participación de Estados Unidos en la guerra de Indochina, y en las elecciones de 1968 el Presidente Johnson se enfrentó a fuertes desafíos por parte de dos demócratas opuestos a la guerra: los senadores Eugene McCarthy y Robert Kennedy, este último hermano del Presidente John F. Kennedy. El 31 de mayo, en vista de una humillante derrota en las encuestas de opinión pública y de la incesante prolongación del conflicto en Vietnam, Johnson se retiró de la contienda presidencial y ofreció negociar el fin de la guerra. Robert Kennedy fue asesinado al final de la campaña de elecciones primarias y los votantes eligieron por escaso márgen al republicano Richard Nixon. Como presidente, Nixon atrajo el favor de la clase media estadounidense: la gran mayoria silenciosa que estaba descontenta con la violencia y la protesta que tenía lugar en el interior del país.

En Indochina, Nixon observó una política de «vietnamización», reemplazando gradualmente a los soldados estadounidenses con vietnamitas. Pero el bombardeo intenso de las bases comunistas continuó, y en la primavera de 1970 Nixon envió soldados estadounidenses a Camboya. Esa acción provocó las protestas estudiantiles más masivas y violentas de la historia del país. Durante una manifestación en la Kent State University en Ohio, miembros de la Guardia Nacional mataron a cuatro estudiantes.

Después, conforme el pueblo estadounidense se percató de que la guerra tocaba a su fin, la situación cambió repentinamente: la tranquilidad volvió a las universidades y ciudades de la nación. Para 1973, Nixon había firmado un tratado de paz con Vietnam del Norte, había traído de regreso a los soldados y había puesto punto final al reclutamiento. Los estudiantes empezaron a rechazar la política radical y, en general, se orientaron hacia la búsqueda de carreras individuales. Muchos negros aún vivían en la pobreza, pero otros que finalmente ejercían profesiones bien remuneradas. Muchas ciudades grandes como Cleveland, Newark, Los Angeles, Washington, Detroit, Atlanta habían elegido alcaldes negros y esto contribuy6 al relajamiento de las tensiones urbanas.

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