Los Vascones en la España Prerromana


Los Vascones fueron un pueblo prerromano de la península Ibérica que habitaba el norte de la actual provincia de Navarra, zonas de los Pirineos y de Aragón. En su época de mayor esplendor se extendían desde Canfrac hasta Cinco Villas de la Montaña y el Bidasoa. Al norte se encontraba el pueblo francés de los aquitanos, al sureste los edetanos, al este los ilergetes, al suroeste los berones y al oeste los várdulos. El nombre de vascón alude a la región montañosa que ocupaba dicho pueblo. La zona más montañosa, a la que los romanos llamaban Saltus Vasconum, estaría situada probablemente en la región comprendida entre los Pirineos y la Cordillera Cantábrica. Fueron mencionados por primera vez por las fuentes clásicas en el año 76 a.C., en el transcurso de las Guerras Sertorianas, en la que apoyaron la causa romana. Según Tolomeo sus ciudades principales eran: Andelos (Andión), Gracurris (Alfaro), Cascantum (Cascante), Oisaen (Oyarzum), Calagurris (Calahorra) y Sefia (Egea). Algunas autores han incluido bajo la denominación de vascones a los: várdulos, caristios y autrigones.

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Fueron mencionados por Salustio, Tito Livio, Estrabón, Pomponio Mela, Plinio el Viejo y Tolomeo. Se ha discutido mucho sobre los orígenes; probablemente se tratara de antiguas poblaciones pirenaicas, las cuales se mezclaron con población de procedencia celta. Aunque algunos investigadores han mantenido que llegaron a al Península a mediados del I milenio a.C., y que tras cruzar los Pirineos se establecieron en parte de Álava, Guipúzcoa, Navarra, Logroño y Alto Aragón. Según esta última teoría se debieron establecer en la cuenca del Ebro en el siglo III a.C. Habitaban en enclaves muy distantes uno de otros, con una baja densidad. Cada uno estos asentamientos era mandado por un jefe elegido por el resto de los habitantes.

Durante el siglo II a.C. los vascones debieron mantener sus primeros contactos con las tropas romanas. Probablemente gracias a sus relaciones de buena amistad con los romanos inició una política de expansionismo en el siglo II a.C., extendiéndose a costa de los suesetanos por el este y de los berones y celtíberos por el sur. En esa época también comenzaron a acuñar moneda. Era un pueblo eminentemente belicoso, dando muestras de ello por sus continuos intentos de ampliar su territorio, y por la fuerte resistencia que presentaron a visigodos y musulmanes. Su actitud fue pacífica ante los romanos, probablemente debido al escaso interés que los últimos tuvieron hacia el territorio vascón, pobre y poco estratégico. Las tropas de Pompeyo encontraron cobijo y avituallamiento a su paso por el territorio vascón. Con el fin de romanizar la región Pompeyo fundó la ciudad de Pompaelo (Pamplona), sobre la ciudad indígena de Bengoda.

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