¿Sabías que…? Curiosidades de los Juegos Olimpicos


El premio para el primer medallista español fue… unos calcetines

  • En esta sección podemos ver muchísimas anécdotas y curiosidades que han formado parte de la historia de los Juegos Olímpicos. Algunas son simples detalles, otras son historias en sí mismas, pero todas con un valor simbólico enorme.

  • Pedro Pidal, Marqués de Villaviciosa, fue el primer español que logró una medalla y lo consiguió en los Juegos Olímpicos de Paris en 1900, con un segundo puesto de lo que por entonces era la prueba de tiro al pichón. Lo curioso es que no recibió una medalla de plata por su logro, sino que recibió de premio… unos calcetines.
  • El Japonés Kusuo Kitamura, de edad de 14 años, ganó la prueba de natación de los 1500m libres y se convirtio el en el competidor mas joven en ganar una medalla de oro.
  • El ruso Alexander Dityatin fue el primero en conseguir ocho medallas en uno mismos Juegos (Moscú’80): 3 de oro, 4 de plata y una de bronce. Su proeza fue igualada en número pero superada en valor por Michael Phelps por dos veces. primero en Atenas’04, con seis oros y dos bronces, luego en Pekín’08 con ocho oros y por último en Londres´12 con otros 4 oros y 2 platas.
  • Los Juegos Olímpicos de Ámsterdam’28 fueron los primeros de gran repercusión mediática. Esto fue decisivo para la popularización del deporte en el periodo de post-guerra. Los atletas salieron del anonimato y los campeones pasaron a adquirir la condición de ídolos.

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  • En Londres’48, la situación en Europa después de la II Guerra Mundial era tan precaria que la delegación de cada país tuvo que llevar su propia comida y las medallas fueron de hojalata. Eran momento difíciles en Europa.

LAS PRIMERAS PRUEBAS DE LA HISTORIA

Las primeras pruebas de la historia de los Juegos Olímpicos fueron nueve: atletismo, gimnasia, lucha grecorromana, natación, tenis, tiro, ciclismo y pesas. También estaba programada la de remo, pero el mal estado del mar hizo que se suspendieran.

El concepto de Villa Olímpica no surgió hasta 1924. A aquella edición en París acudieron 3.075 deportistas de 44 países, por lo que fue necesario construir un lugar donde pudieran alojarse y para que hubiera una cierta organización.

Los Juegos Olímpicos de 1932 fueron los primeros en extenderse sobre 16 días. Su duración después quedó entre 15 y 18 días. Anteriormente, entre 1900 y 1928, los Juegos duraron siempre más de dos meses.

SE ESTRENA LA BANDERA OLÍMPICA EN 1920

Aunque nacieron en el Congreso de 1914, los cinco aros de la bandera olímpica -copiados del altar del antiguo templo de Delfos- no se estrenaron hasta los Juegos Olímpicos de Amberes en 1920 al mismo tiempo que el juramento de los atletas.


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La bandera olímpica es un símbolo de los Juegos Olímpicos modernos, una bandera que consiste de cinco anillos de diferentes colores. Los anillos olímpicos son el principal símbolo de los Juegos Olímpicos . Este símbolo está compuesto por cinco aros entrelazados de colores azul , negro , rojo , amarillo y verde . La bandera olímpica está compuesta por el símbolo de los anillos olímpicos sobre fondo blanco .

Azul
Oceanía : porque representa el color de los oceanos de ese continente
Amarillo
Asia : porque representa el color del sol debido a que en oriente es por donde sale el sol primero
Negro
África : porque representa el color de piel de los africanos
Rojo
América  : porque en casi todas las banderas de este continente aparece el rojo
Verde
Europa : representa al color de los arboles y bosques mismos que abundan en europa

Los anillos olímpicos se remontan a 1913 cuando Pierre de Coubertin , en la Revue Olympique de agosto , informó del símbolo que sería usado para el Congreso Olímpico de París , en 1914 .

Según el Comité Olímpico Internacional , los anillos olímpicos representan la universalidad de los Juegos, basados en la idea de que al menos uno de los seis colores de la bandera olímpica están en todas las banderas de los países del mundo.

Sin embargo, la idea de que cada anillo y su color representan a uno de los cinco continentes sigue siendo muy popular, aún cuando el COI lo rechaza.

Dicha bandera olímpica, la original, fue robada por el atleta estadounidense Harry Prieste en aquellos Juegos de Amberes y no regresó al COI hasta 80 años después, en los Juegos de Sídney 2000.

Más sobre los símbolos de los JJ.OO. En Ámsterdam’28 se realizó por primera vez el encendido del pebetero directamente de la Llama Olímpica, la cual se mantuvo viva durante la duración entera de los Juegos.

En Estocolmo’12 fue la primera vez que los tres primeros de cada prueba subieron al podio y se izaron sus respectivas banderas.

EL PRIMER CAMPEÓN DE LA HISTORIA

El primer atleta que subió a lo más alto del podio fue el estadounidense James B. Connolly, que ganó la prueba de triple salto gracias a sus 13,71 metros. Su compatriota Robert S. Garret lograría el primer doblete, al ganar en los lanzamientos de peso y disco. Lo curioso de este deportista es que aseguró haber aprendido la técnica simplemente contemplando los grabados y esculturas de la Grecia clásica.

En el apartado femenino, la inglesa Charlotte Cooper logró la primera victoria para una mujer en unos Juegos Olímpicos. Fue en París 1900 -en los primeros Juegos no hubo participación femenina- y Cooper ganó en tenis. Luego ganaría también los dobles mixtos con Reginald F. Doherty, ganador de Wimbledon.

20120809_nadiaEn Los Ángeles’84 se dio un curioso caso en gimnasia que planteó muchas dudas. Todo lo que costó llegar hasta Nadia Comaneci para lograr el primer 10 se convirtió en una costumbre en estos Juegos. Los jueces se contagiaron del ambiente estadounidense y empezaron a repartir puntuaciones máximas hasta dar.. ¡¡44!!, la mayoría en favor de los locales. No fue lo único extraño en las puntuaciones de los jueces, que llegaron a otorgar el oro en el concurso individual a una gimnasta que sólo había cosechado un segundo y dos terceros puestos en diversas pruebas, mientras que otra ganó tres y sólo medio flojeó en una. En hombres, los norteamericanos triunfaron por encima de potencias como China y Japón con ejercicio a priori más discretos. Por si fuera poco, en salto lograron la plata cuatro gimnastas, creando una imagen en el podio bastante peculiar.


NO HUBO MEDALLAS DE ORO EN LOS PRIMEROS JJ.OO.

En los primeros Juegos Olímpicos de la era moderna no hubo medallas de oro debido a las circunstancias económicas. En aquella época el oro era muy caro -algo similar a lo que está pasando ahora-, así que se recurrió a la plata como primer metal para los vencedores -además de una corona de olivo y un certificado- y el bronce para los segundos -más corona de laurel-. Los terceros recibían un diploma. Por un lado, la medalla tenía grabada la palabra ‘Olimpia’ y la cara de Zeus, con su mano en la que sujetaba a la Tierra y sobre ésta a Niké, diosa de la victoria. Y por el otro, la muralla de Atenas con la inscirpción ‘Juegos Olímpicos Internacionales de Atenas 1896’.

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La primera vez que hubo waterpolo en unos Juegos fue 1900. Venció Gran Bretaña, aunque lo más curioso fueron las instalaciones. Los partidos se disputaron en el río Sena y las portería eran barcas. El gol se conseguía cuando la pelota pegaba en cualquier parte del ancho de la barca rival.

TSUBURAYA SE SUICIDA POR HONOR

El japonés Kokichi Tsuburaya, bronce en la maratón de los Juegos de su país, se quitó la vida cuatro años después para lavar su honor y honrar a su pueblo. Tsuburaya, que entró segundo en el estadio nacional de Tokio ante el júbilo de sus compatriotas, iba a quedar tras el imbatible Bikila. Pero se desfondó en los últimos metros y cedió el segundo puesto al británico Heatley. Enrabietado, prometió lavar su honor en México cuatro años más tarde, y eso que había sido la primera medalla en atletismo para Japón en 28 años. Pero unas inoportunas lesiones le hiciceron perder la forma poco antes de la cita olímpica y, al ver que no iba a poder cumplir su promesa, decidió quitarse la vida cortándose el cuello con una navaja.


El lema olímpico nació en los Juegos de París de 1900. El famoso ‘Citius, altius, fortius'(en latín que significa «más rápido, más alto, más fuerte») lo adoptó el Barón de Coubertain unos años antes de un fraile dominico que lo usaba en un colegio de Arceuil (Francia) para describir los logros deportivos de los chavales. Así, en los segundos Juegos de la era moderna, se dio a conocer.

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En Roma’60 se produjo una curiosa anécdota en la piscina. La nadadora Carolyn Wood casi se ahogó en la final de 100 mariposa al tragar agua y llevar una pinza en la nariz. Se quedó sin poder moverse hasta que un espectador saltó a la piscina en su ayuda. Ella, asustada al verle, intentó huir alejándose de él. Todo quedó en un divertido susto.


LAS DOS ALEMANIAS COMPITEN COMO UNA SOLA

La reunificación de Alemania no se produjo hasta la caída del Muro de Berlín, pero muchos años antes, los Juegos Olímpicos consiguieron unirla aunque fuera por un corto espacio de tiempo y a través del deporte. Fue en Roma’60, cuando por primera vez participó la Alemania Oriental. El COI convenció a ambas partes para que formaran un solo equipo bajo la bandera olímpica, a fin de evitar polémicas con la alemana. Lo mismo ocurrió para el tema del himno en caso de victoria: se interpretó la ‘Oda a la Alegría’ de Beethoven. Ambas Alemanias repitieron la experiencia en Tokio cuatro años después, pero no así en México, donde cuestiones políticas rompieron tan bonito lazo de unión.

No perdiendo una perspectiva política, el último relevo de la Antorcha Olímpica en Tokio’64 lo hizo un chico que, 19 años antes, había nacido en Hiroshima el mismo día que EE.UU. lanzó la bomba atómica. Fue un mensaje de paz de los japoneses para decir al mundo que aquello no podía volver a ocurrir.

Cambiando un poco el discurso político, hablemos de una de pruebas. Sólo una vez en la historia de los Juegos Olímpicos ha habido pruebas de motor. Fue en Londres 1908, con tres competiciones de canoa con motor de diversos tamaños…

EL PRIMER NEGRO QUE GANÓ EN NATACIÓN

La natación nunca fue el fuerte de la raza negra, al contrario de lo que sí pasa en muchas pruebas de atletismo. La primera victoria de un negro en natación no se produjo hasta los Juegos de Seúl en 1988. Fue Anthony Nesty, de Surinam, en la prueba de 100 mariposa. Lo más curioso es que la ceremonia de entrega de medallas se retrasó porque no encontraban la bandera de su país.

Siguiendo con natación: la idea de raparse al pelo para ganar décimas surgió en Múnich’72. El primero en hacerlo fue el alemán Werner Lampe, quien decidió afeitarse la cabeza para la final de los 200 libres, prueba en la que alcanzó la plata, ya que por entonces le tocó participar con el imbatible Spitz. Lo gracioso fue en el podio. Lampe subió a recoger la medalla ante sus compatriotas con una voluptuosa peluca rubia .

En Montreal’76 se realizó por primera vez en la historia un último relevo de la Antorcha Olímpica formado por una pareja. Lo llevaron a cabo una francófona y uno de habla inglesa. Los protagonistas fueron Sandra Henderson, de 16 años, y Stephane Prefontanaine, de 18, que encendieron el pebetero en señal de la unión canadiense, país que tiene a ambos idiomas como oficiales.

LA MARATÓN FEMENINA NACIÓ EN LOS ÁNGELES’84

Por increíble que parezca, la maratón femenina no se incluyó en el calendario olímpico hasta los Juegos de Los Ángeles’84. La primera campeona fue la estadounidense Joan Benoit. Tanta espera fue a raíz del desastre de Ámsterdam’28. Aquel año, por primera vez de dejó participar a las mujeres en atletismo, en contra de la opinión del Barón de Coubertain, opositor al deporte femenino. Fueron cinco pruebas: 100 metros, relevos, disco, altura y 800 metros. Todo fue bien menos en esta última, donde muchas mujeres desfallecían del esfuerzo. Así se decidió que no hubiera pruebas de atletismo para mujeres superiores a 200 metros hasta que dicho acuerdo se rompió en Roma’60… excepto para la maratón.

En Los Ángeles’32 se produjo el primer caso de sospecha sexual. Stanislawa Walasiewicz ganó la prueba de 100 metros lisos, aunque siempre hubo quién dudó de que fuera mujer. La polaca tenía aspecto masculino, muy musculada para las atletas de aquella época. El problema es que por entonces no había forma científica de demostrar si era hombre o mujer. Sólo quedaba el desnudo como opción, algo a lo que se negó, no como su rival de 100 metros en Berlín’36, Helen Sthepens. Con un aspecto tan robusto como el de Walasiewicz, tras ganar la prueba se quitó la ropa ante un jurado para demostrarlo. Walasiewicz siguió compitiendo, ganando medallas y batiendo récords del mundo, ya con nacionalidad estadounidense y con el cambio de nombre a Stella Walsh. El dilema acabó quedando resuelto casi 50 años más tarde. En 1980 la mataron en un atraco a un supermercado y la autopsia demostró que era genéticamente un hombre.

En México’68 por primera vez una mujer hizo el último relevo de la Antorcha Olímpica. Fue la atleta mexicana Enriqueta Basilio, que compitió en vallas.

NACE LA ‘FOTO FINISH’

El concepto de ‘foto finish’ nació hace 100 años, en los Juegos Olímpicos de Estocolmo de 1912. Era un método rudimentario e instalado a la vez que el cronómetro eléctrico. Realizada por una cámara de tomas instantáneas, permitió desempatar a los americanos Albert Kiviat y Norman Taber, que pugnaban por la segunda y tercera plaza en la final de 1.500 metros. Al principio no gustó mucho el nuevo sistema y los jueces decidieron seguir utilizando su reloj de mano hasta bien pasadas unas cuantas ediciones, pero por primera vez se utilizó en los Juegos suecos.

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En esos mismos Juegos también tuvo lugar un curioso método de definir al campeón de jabalina, de disco y de peso. Los participantes debían lanzar una vez con cada mano, sumando luego los metros alcanzados en ambos lanzamientos. El que más hiciera en el cómputo global ganaba, por lo que los participantes debían dominar la técnica con las dos manos.

Siguiendo con la tecnología, los Juegos de Múnich’72 estuvieron marcados, entre otras cosas, por la aplicación de los últimos avances científicos a la electrónica. Ello permitió, por ejemplo, determinar quién había ganado la final de los 400 estilos masculinos. Igualados a décimas y centésimas, hubo que recurrir a las milesimas, algo nuevo hasta la fecha. Al final ganó el sueco Gunnar Larssen.

La llama olímpica de Montreal apenas fue llevada a pie 230 kilómetros. Esto fue porque el encendido en Olimpia se produjo a cuatro días del inicio de los Juegos. Fue trasladada hasta Atenas en relevos y una vez allí se experimentó con la ciencia: las partículas de fuego de la antorcha se convirtieron en electricidad y se enviaron vía satélite a Ottawa. Allí se recibieron y se reconvirtiron en fuego. Cosas de la ciencia.


Historias de la Llama Olímpica

  • La liturgia original de encendido y relevos fue ideada por el III Reich para Berlín 1936.

  • La Llama no es uno de los símbolos originales: data de 1928.

La antorcha olímpica es uno de los símbolos más reconocibles de los Juegos Olímpicos, si no el que más. Pero es curioso señalar que no pertenece a su parafernalia original, sino que se creó con bastante posterioridad al inicio de los mismos y tampoco por iniciativa de Pierre de Coubertin, que sí ideó el emblema, bandera y juramento olímpicos.

En cierto modo su institución podría considerarse casi como casual, pues partió de la idea del arquitecto holandés Jan Wils, que en su diseño del estadio olímpico de Amsterdam 1928 incluyó una torre y se le ocurrió que podría situarse un pebetero sobre ella, para encender una llama que ardería mientras durasen los Juegos.

El elemento figuró también en los Juegos de 1932, pero pese a que la ceremonia inaugural, dirigida por el director de superproducciones de Hollywood Cecil B. De Mille fue especialmente fastuosa, la misma no incluyó una ceremonia especial de encendido. Todo el proceso que hoy en día asociamos a la llama, su encendido en Olimpia por medio de los rayos solares y su traslado procesional a la sede de los Juegos, culminando con el encendido del pebetero como señal de inicio de las competiciones, data de cuatro años después, de Berlín 1936 y, pásmense, de una idea aprobada y avalada por el genial, en su diabólica perversidad, propagandista nazi Joseph Goebbels ,si bien la aportación original de Carl Diem, uno de los grandes investigadores sobre olimpismo de la historia, era inofensiva.

Diem, personaje relevante de la organización de aquellos Juegos y al que los nazis habían querido expulsar por sus vinculaciones judías, había descubierto que una ceremonia de los Juegos griegos era una carrera hacia el altar de Zeus Olímpico, en la que el vencedor recibía el derecho a encender el fuego sagrado, e ideó el proceso que hoy conocemos, para encender la antorcha y traladarla a la antorcha a Berlín.

Goebbels, sin embargo, lo vio como elemento básico para reivindicar la ‘germanidad’ de unos Juegos que antes había llamado ‘infame festival judío’: Según la historia, el pueblo de los dorios llegó a Grecia desde el norte hacia el año 1.200 A.C, y fue fundamental para la eclosión su civilización y por tanto, de la creación de los Juegos. Para los nazis, si llegaron del norte es que eran germánicos. Así, para el nazismo los Juegos eran germánicos, porque eran griegos, y la civilización griega era en origen germánica. El pebetero fue encendido por un atleta, Fritz Schilgen, elegido por la perfección de sus rasgos nórdicos.

Pasada la debacle de la II Guerra Mundial la tradición del encendido en Olimpia y su viaje a la sede fueron recuperados, naturalmente sin carga ideológica (aunque en el desfile inaugural de Londres 48 se recomendó a las delegaciones no saludar levantando el brazo) y, paulatinamente, se fueron enriqueciendo y añadiendo detalles que confirman, casi, una historia olímpica por sí misma, pues dio lugar a una liturgia propia.

Homenajes y simbolismos
Así, el encendido de la antorcha y sobre todo sus últimos relevos han sido con frecuencia escenario de homenajes y simbolismos de enorme significado: en 1952 Finlandia se vengó de la descalificación como profesional del gran Paavo Nurmi haciéndole ser el último portador de la antorcha. En 1964 Yoshinori Sakai, nacido en Hiroshima el día de la explosión de la bomba atómica, encendió el pebetero en Japón. Enriqueta Basilio lo hizo en Mexico 68 como primera mujer en ostentar el honor. En Montreal 76 lo hicieron Stéphane Préfontaine y Sandra Henderson, representantes de los anglo y francocanadienses, que luego se casarían. Moscú 80 eligió al baloncestista Sergei Belov, héroe de la polémica final de Munich 72 ante Estados Unidos, quizá a manera de ‘zas en toda la boca’ a los boicoteadores USA.

En Los Angeles 84 y Atlanta 96 los USA eligieron a dos míticos atletas negros, Rafer Johnson y Mohamed Alí, como símbolo de la superación -al menos teórica- de los conflictos raciales. Lo mismo sucedió con la australiana Cathy Freeman en Sídeny 2000. En Seúl 88 el último relevo lo hizo Sohn Kee-Chung, vencedor del maratón en 1936, obligado a representar a Japón, que por entonces invadía Corea, y a adoptar el nombre de Kitei Son. China eligió para Pekín 2008 a Li Ning, el triunfador de la vuelta de su país a los Juegos, en 1984, con seis medallas. En Atenas 2004 Nikolaos Kaklamanakis, oro en vela en Atlanta 96, fue llamado urgentemente para la ceremonia después de que el atleta Konstantinos Kenteris, inicialmente previsto, se diera a la fuga para no pasar un control antidopaje.

Anécdotas
El encendido y viaje de la antorcha ha dado también lugar a multitud de sucesos y anécdotas. La Llama olímpica ha viajado en barco (ya en Berlín 1936), en avión (ya en 1952, con un extintor al lado por si ‘creaba problemas’), a caballo (Estocolmo, Juegos Ecuestres, 1956) se transformó en señal vía satélite (1976) y fue al espacio (1996 y 2000), aunque en este caso sólo la antorcha apagada y bajo el mar (Sidney 2000). Activistas de diversas causas consiguieron apagarla en varias. En los Juegos de Invierno de 1952 los noruegos rechazaron su encendido en Olimpia, alegando que la paternidad de los deportes nórdicos era suya. Se hizo en el hogar del pionero del esqui Sorge Nordheim, en Morgedal.

En cuanto al encendido, tanto los progresos técnicos como el empeño en superar la originalidad y espectacularidad de las ceremonias precedentes han dado lugar a inolvidables momentos del olimpismo, no exentos de anécdotas. En 1956 la vestimenta del joven Ron Clarke resultó chamuscada por las llamas. En 1992 el arquero Antonio Rebollo encendió el pebetero con un inolvidable tiro a más de 100 metros («la flecha pasó por encima», cuenta «podía haberla metido dentro, pero hubiera averiado el mecanismo»). En Cortina d’Ampezzo 56 el patinador que llevaba la antorcha por la pista de hielo del estadio tropezó con un cable del montaje televisivo y cayó. En Lillehammer 94 fue un saltador de esquí quien la introdujo en el estadio, en Sidney 2000 se encendió a través de un círculo de fuego que Cathy Freeman trazó sobre el agua y en Pekín 2008 Li Ning ‘caminó’ a través del aire para encenderla.

Pero no son sólo héroes y leyendas olímpicas quienes han tenido relación con la antorcha olímpica: miles de ciudadanos más o menos anónimos la han tenido en los relevos realizados a lo largo de los años. Incluso una vez, en Montreal 76, el pebetero fue encendido por un desconocido: un empleado del estadio, que con su mechero, reavivó el fuego después de que una tempestad apagase la llama original.

Desnudos. La palabra gimnasia viene de gymnos , que significa desnudo, y gymnastiké , entrenamiento desnudo . Hace referencia a que los ciudadanos griegos se ejercitaban en un espacio delimitado (el gimnasio) donde realizaban sus ejercicios físicos totalmente desnudos y con el cuerpo untado con aceite de oliva.

Cada cuatro años
. Los primeros Juegos Olímpicos de la Antigüedad de los que tenemos noticias se celebraron el 776 a.C., año en que por primera vez se fijaron por escrito los nombres de los vencedores. Al menos desde esa fecha y hasta que el emperador Teodosio los prohibió en el 394 d.C. no dejaron de celebrarse cada cuatro años, convirtiéndose en el eje cronológico de los griegos.

Cinco ejercicios
. En los primeros Juegos Olímpicos, la prueba estrella era el pentatlón –literalmente, los “cinco ejercicios”–, cuyo vencedor alcanzaba un enorme prestigio entre los griegos. La primera de las pruebas era el dromos , una carrera a lo largo del estadio de casi 200 metros, equivalente a la actual prueba de velocidad, los 100 metros lisos. Su vencedor era el que encendía el fuego sagrado en el altar de Zeus. Le seguían el salto de longitud o halma –semejante al actual triple salto– y el lanzamiento de disco o discobalia. El dískos –significa “objeto que se lanza”–, tanto de piedra como de bronce, pesaba entre un kilo y medio y los cinco kilos, dependiendo de la edad, peso y tamaño del atleta, y el vencedor era aquel que lograba obtener la mejor media tras cinco intentos. El akontismo o lanzamiento de jabalina estaba claramente ligado al entrenamiento militar y a la caza. La quinta prueba, que era la lucha , sólo se celebraba en caso de empate entre dos contrincantes.

La antorcha. El fuego del oráculo de Zeus en Olimpia lo encendía el vencedor de la primera prueba del pentatlón, lo que ha dado lugar a la actual ceremonia de la antorcha olímpica.

Seis veces campeón
. En la segunda mitad del siglo VI a.C., entre las Olimpiadas 60 y 66, un hombre se convirtió en un mito de los juegos. Procedente de la ciudad de Crotona, en el sur de Italia, Milón fue seis veces vencedor absoluto en Olimpia , otras tantas veces en los Juegos Píticos, diez en los Ístmicos y nueve en los Nemeos. Fue una marca inigualada en todos los tiempos de los juegos deportivos: permaneció más de veinticuatro años en la cima de la fama. Milón de Crotona, el ‘recordman’, era conocido también por otras proezas, tales como comerse un ternero de una sentada o por su extraordinaria fuerza física, que le hizo destacar especialmente en las pruebas de lucha.

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