Nadia Comaneci, la deportista perfecta y el boicot africano
Montreal fue la sede sorpresa de los Juegos de 1976, pues ganó el derecho a ser sede compitiendo con Los Ángeles y Moscú. Sin embargo, una vez elegida apareció un serio problema: el gobierno canadiense no quiso contribuir a los gastos de organización y fue la ciudad de Montreal quien tuvo que hacer frente a los mismos en solitario. Por anadidura, los costes previstos se dispararon por huelgas de trabajadores y los efectos de la crisis petrolífera. Al final, el déficit fue astronómico, no se liquidó hasta muchos anos después, y el Estadio no se completó hasta 1987.
Montreal 76 fue, además, escenario del primer boicot olímpico de importancia: el de muchos países africanos, que se retiraron a causa de una pretensión muy mal planteada: exigían la expulsión de Nueva Zelanda porque un equipo suyo de rugby se había enfrentado a Sudáfrica. El COI, sin embargo, no tenía potestad ni sobre Sudáfrica, expulsada en 1964, ni sobre el rugby. Con todo, casi todos los países del África Negra se retiraron. No hubo muchos problemas con el hecho de que Montreal perteneciera la zona francófona de Canadá. El pebetero olímpico fue encendido por un atleta de habla inglesa y otra francófona. La Reina Isabel II de Inglaterra pronunció su discurso en los idiomas que cohabitan en Canadá y el saltador estadounidense Dwigth Stones, que criticó a los francocanadienses, se llevó una de las mayores pitadas de la historia olímpica.
Favorecido por este boicot fue Lasse Viren, que repitió su doblete en 5.000 y 10.000 en este caso con polémica, pues recorrió la recta final del 10.000 mostrando en sus manos las zapatillas. Pero la indiscutible reina de los Juegos fue Nadia Comaneci, la primera gimnasta en lograr la perfección en sus ejercicios: cuatro notas de ’10’, con tres oros y una plata, se llevó la rumana. En categoría masculina el soviético Nikolai Andrianov ganó cuatro oros, dos platas y un bronce pero su repercusión fue menor. El controvertido dominio de las nadadoras de la RDA se inició con los cuatro oros de Kornelia Ender y los tres de Ulrike Ritcher.
Espana brilla sobre el agua
Espana mejoró bastante sus resultados previos, pero exclusivamente en deportes náuticos. El piraguismo inició una serie de grandes actuaciones, con la medalla de plata en K-4 en la distancia de 1.000 m. Los protagonistas fueron Esteban Celorio, José López Díaz Flor, Herminio Menéndez y Luis Ramos Misioné. A su vez, en vela, el cántabro Antonio Gorostegui y el catalán Pedro Miller lograron la medalla de plata. Mariano Haro volvió a ser finalista en los 10.000 metros: sexto esta vez.